La alergia es una respuesta inmediata e inapropiada del sistema inmune.
Se origina por una sustancia que generalmente es inofensiva para la gran
mayoría de los individuos. Esta sustancia, conocida como alérgeno,
puede ser inhalada, ingerida o puede entrar en contacto directo con la
piel, causando una reacción alérgica.
Las
alergias, bronquitis crónicas de tipo alérgico, el asma y dermatitis de
contacto suelen activarse, en la mayoría de los casos, cuando nuestro organismo
entra en contacto con un alergeno (polen, pelo de algunos animales, polvo,
humedad, etc.) que nos hace liberar histamina. El estrés, la ansiedad o un bajo
nivel de defensas colaboran en desencadenar o agravar las alergias.
Ante el primer contacto con el alérgeno, el sistema inmune produce un
anticuerpo o inmunoglobulina específico, la inmunoglobulina E (IgE) que
se impregna en la superficie de los mastocitos (células que almacenan
histamina). Cuando el alérgeno invade el organismo por segunda vez, se
combina con las Inmunoglobulinas E del mastocito manteniendo un enlace
cruzado. Este enlace cruzado hace que los gránulos de los mastocitos
liberen histamina, causando una respuesta alérgica inmediata con
estornudos, eczemas, moqueo...
Cuando la liberación de histamina es excesiva, se produce una
sobredefensa dirigida no sólo contra el alérgeno invasor, sino contra el
propio organismo, dando lugar a la alergia. Se considera que la alergia
es una Predisposición a segregar excesiva histamina. El organismo trata
de frenar y contrarrestar esta respuesta desmesurada, mediante la
secreción de hormonas de las glándulas suprarrenales.
Cuando el alérgeno desaparece, la reacción alérgica se calma. Sin
embargo, hay casos en los que el sistema inmune ha aumentado tanto, que
el daño continúa crónicamente, provocando enfermedades como la hepatitis
o nefritis crónica (enfermedades inflamatorias que ocasionalmente
responden a una reacción alérgica del organismo contra sí).
El Reishi y la Alergia
El profesor Kazuo Yamazaki y un grupo de investigadores de la Facultad
de Farmacia de la Universidad de Hiroshima (Japón), descubrieron en el
Reishi una serie de compuestos de lanostina. Se comprobó que estos
compuestos tienen la capacidad de aislar y frenar la excesiva producción
de histamina. Así mismo, se comprobó que la lanostina mejora el
funcionamiento de las glándulas suprarrenales.
Otro de los compuestos descubiertos es el ácido ganodérico D, que reduce
la excesiva liberación de histamina. El Dr. Michinori Kubo y su equipo
del Centro de Medicina de Kinki, comprobaron que esta sustancia
disminuye la predisposición alérgica.
Los doctores Shigeru Arichi y Hayashi Teruaki, verificaron la eficacia
terapeútica del Reishi en varios tipos de alergias. Comprobaron sus
efectos en un grupo de pacientes con bronquitis crónica de tipo
alérgico. Los resultados obtenidos fueron muy satisfactorios; observaron
que el 60% de los tratados con Reishi, habían experimentado mejoras
significativas.
Asma Alérgico
El asma se ha convertido en una de las enfermedades alérgicas más
comunes entre la población, debido principalmente al incremento
significativo experimentado en las últimas décadas.
Esta enfermedad alérgica afecta a los bronquios y produce episodios de
disnea y sofocación, de intensidad variable, causados por la obstrucción
de las vías respiratorias. Esta obstrucción se debe a la combinación de
varias reacciones: La contracción de los bronquios y bronquiolos, la
inflamación causada por la histamina y el aumento excesivo de moco.
Para reducir la frecuencia y gravedad de estos episodios, es necesario
evitar o reducir los alérgenos. Los alérgenos que con mayor frecuencia
producen o intensifican los episodios de asma bronquial alérgico son: El
polen, el polvo, el pelo de algunos animales, ciertos alimentos y
varios fármacos, entre otros. La ansiedad, el estrés, el ejercicio
excesivo y las infecciones respiratorias, son otros de los factores que
provocan esta patología alérgica.
El Reishi y el Asma Alérgico
Tras largos estudios, se ha comprobado que el Reishi es un
anti-histamínico que frena la producción y liberación de histamina,
normalizando la respuesta alérgica. Los doctores, Shigeru Arichi y
Teruaki Hayashi, comprobaron la eficacia del Reishi en pacientes con
asma bronquial alérgico. Un 80% de los pacientes tratados con Reishi
experimentaron mejoras notables y un 46,7% de los mismos, consiguió
normalizar la respuesta alérgica.
Según el Dr. Andrew Weil, de la Universidad de Harvard, los compuestos
de lanostina identificados en el Reishi tienen un efecto tónico en las
personas que padecen asma y otro tipo de alergias.
El Reishi aisla, frena y reduce la excesiva producción y secreción de histamina.
Mejora el funcionamiento de las glándulas suprarrenales, normalizando la secreción de sus hormonas.
Previene la predisposición alérgica.
Mejora distintos tipos de alergias como la bronquitis crónica de tipo alérgico y el asma bronquial.
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