Hígado: Termómetro de la Salud

Si todo anda bien, no tenemos motivo para darnos cuenta del trabajo del hígado: la digestión se realiza sin problemas y el cuerpo funciona normalmente. Por el contrario, los inconvenientes digestivos en general, suelen advertirnos que algo anda mal en el sistema hepatobiliar. Sin embargo, y dado que el hígado interviene en gran cantidad de funciones corporales, los síntomas de su mala función son muy variados y normalmente no se relacionan con su desorden funcional.


Un hígado cansado y sobrecargado genera gran variedad de síntomas físicos, como: dificultades para asimilar alimentos, inapetencia, dolores de cabeza luego de comer, boca pastosa, lengua blancuzca o amarillenta, sabor amargo en la boca, hinchazón de vientre, acumulación de gases, nauseas, vértigo, piel amarillenta, cutis graso, granos, catarro, estreñimiento, heces en forma de confites o poco consistentes y de color amarillento, insomnio en las primeras horas de la noche y dificultades para despertar por la mañana, picazón de piel, caspa, caída del cabello, migrañas, cefaleas, dolor en la nuca, síndrome premenstrual (catabolismo hormonal), fatiga muscular, edemas, calambres, mala circulación venosa, coloración verdosa del rostro y los ojos, fobia a la luz, dificultad para permanecer al viento, problemas de visión, afecciones oculares, precoz pérdida de la vista…

La relación hígado/visión, ampliamente conocida por la antigua medicina oriental y totalmente ignorada por la ciencia occidental, es fácil de verificar dado el estrecho vínculo entre ambos órganos y la rápida respuesta que se genera. Una depuración hepática, incrementa automáticamente la capacidad visual. Esto hemos podido experimentarlo personalmente y a través de testimonios impactantes: una persona nos refería haber tenido que desechar nuevos anteojos con mayor aumento, apenas después de haber concluido una primera limpieza hepática profunda.

Dos líneas verticales en el entrecejo, nos indican un hígado agotado. Cefaleas y migrañas aparecen cuando este órgano se siente afectado y no llega a desempeñar su función de empujar y distribuir la energía hacia la cabeza y las extremidades; entonces la cabeza se congestiona y se calienta, al mismo tiempo que las manos y los pies se enfrían.


La relación hígado/visión, ampliamente conocida por la antigua medicina oriental y totalmente ignorada por la ciencia occidental, es fácil de verificar dado el estrecho vínculo entre ambos órganos y la rápida respuesta que se genera. Una depuración hepática, incrementa automáticamente la capacidad visual. Esto hemos podido experimentarlo personalmente y a través de testimonios impactantes: una persona nos refería haber tenido que desechar nuevos anteojos con mayor aumento, apenas después de haber concluido una primera limpieza hepática profunda.

Dos líneas verticales en el entrecejo, nos indican un hígado agotado. Cefaleas y migrañas aparecen cuando este órgano se siente afectado y no llega a desempeñar su función de empujar y distribuir la energía hacia la cabeza y las extremidades; entonces la cabeza se congestiona y se calienta, al mismo tiempo que las manos y los pies se enfrían.


Dado que el hígado es responsable de la formación de la albúmina y las hormonas, su malfunción repercute directamente en los sistemas inmunológico y hormonal. Una alergia está indicando claramente que algo no marcha bien a nivel hepático. Es notable la rapidez con que remiten las reacciones alérgicas, una vez que hemos depurado el hígado.



Ya nos referimos a la relación albúmina defectuosa-células tumorales, por lo cual un cáncer no es más que el reflejo de un hígado colapsado. Y pensar que una persona con cáncer es sometida a potentes drogas que no hacen más que agravar el colapso hepático. En general puede afirmarse que todas las enfermedades crónicas y degenerativas reflejan el mal estado hepático o, mejor dicho, resultan su consecuencia directa.
La medicina oriental clasifica a hígado y vesícula como órganos pares, es decir que se afectan mutuamente: si está mal uno, también está mal el otro y viceversa. Los síntomas físicos del desorden vesicular son: dolores de caderas, migrañas (localizadas sobre todo en la sien derecha), boca amarga por la mañana, vómitos ácidos, tensiones en el hombro derecho, dolores en las articulaciones (rodillas en particular), cuello rígido, ansiedad e insomnio. El color de la piel suele ser pálido o amarillento, tonalidad que también se evidencia en los ojos.

La Spirulina y el Higado

La espirulina es uno los alimentos perfectos de la naturaleza. Estas algas diminutas que fueron diseñadas por la naturaleza hace 3,6 mil millones de años y fueron las generadoras del oxígeno de nuestra atmósfera, poseen innumerables efectos positivos para nuestra salud.


Si te gusto este artículo dale me gusta.


1 comentario:

  1. Yo tenia higado graso y logré mejorar ese problema consumiendo el cafe lingzhi y la spirulina de DXN. Son productos naturales sin efectos secundarios. Los recomiendo.

    ResponderEliminar